Son las 15 h de la tarde. El restaurante está lleno. Suena el teléfono una y otra vez. Ha fallado un camarero. El teléfono sigue sonando y contestas porque una mesa no se ha presentado y piensas que esa persona que está al otro lado del aparato podría ser el cliente que lo sustituya. Pero el interlocutor quiere una reserva para el próximo mes y desea que le expliques la carta, los platos que puede comer por la intolerancia que sufre y a pesar del tiempo invertido en él, el horario de reserva que le ofreces no le encaja y la llamada no se traduce en un ingreso.
Seguro que este cuento le resulta familiar a muchos de los colegas de profesión. Pero gracias a la digitalización, los tetris diarios que hacíamos a mano para poder acoger al máximo de clientes posibles y para que las cocinas pudieran ir trabajando a un ritmo constante, se han acabado.
Las reservas que se presentan en el restaurante el día y hora equivocados porque aseguran que han llamado por teléfono o la mesa que era para treze y solo acaba siendo para seis, es cosa del pasado gracias a las reservas online y al cobro simbólico de la cuenta en caso de no presentarse ni avisar con antelación.
La digitalización nos ha cambiado la vida ya que nos ayuda a dejar muchos menos cabos sueltos, a relegar la improvisación al mínimo hueco, a disminuir pérdidas, a aumentar ingresos y a generar una nuevo comportamiento del consumidor que mejora el bienestar de clientes y trabajadores.
La digitalización, para nosotros, ha sido un paso adelante en nuestro negocio ya que nos ha hecho ser más competitivos. Antes de abrir el telón para empezar el nuevo acto en el restaurante, ya está todo preparado con antelación. Además, el cliente hace reservas menos impulsivas y más conscientes, ya que ha tenido que dedicar un tiempo en rellenar sus datos, especificar necesidades alimentarias o de espacios y, en consecuencia, ha establecido una compromiso previo con el restaurante y ha generado una relación más empática con el negocio, consiguiendo, poco a poco, revertir las costumbres adquiridas. Así pues, gracias a la digitalización hay menos margen de error y más margen de tiempo, ya que las plataformas de reserva facilitan al cliente la opción de cancelar con un solo click y al hostalero la gestión eficiente de su negocio.
Damos por terminado el cuento, por qué la digitalización de los restaurantes consigue disminuir el número de no shows y que la realidad a la que estábamos acostumbrados los profesionales del sector, descienda. Por este motivo, la considero una inversión imprescindible para la mejora de la productividad y la tranquilidad de nuestros hosteleros y hosteleras.
Carme García
Presidenta del Gremi d’Hostaleria del Baix Penedès
Federació AEHT